La crisis política belga bate su récord al cumplirse 148 días sin gobierno

7 11 2007

La crisis política en Bélgica bate hoy un récord histórico al cumplirse 148 días sin gobierno desde las elecciones legislativas debido a la falta de acuerdo entre los partidos flamencos y francófonos.


El encargado de formar el nuevo gobierno, el democristiano flamenco Yves Leterme, informará al Rey sobre los avances en las negociaciones, que entran en una semana crucial debido al ultimátum de los flamencos para que el miércoles haya ‘un principio de solución’ para los temas que atañen a la futura estructura del Estado.

En 1988, el democristiano flamenco Jean-Luc Dehaene tardó 145 días en poner de acuerdo a cristianodemócratas, socialistas y nacionalistas de la entonces Volksunie sobre un programa de gobierno y tres días más tarde el también democristiano Wilfried Martens prestaba juramento como primer ministro.

Hojas secas propias del otoño se amontonan en las afueras del Parlamento belga en Bruselas, Bélgica.
Parlamento belga

Todo apunta a que ese récord será ahora batido ampliamente, ya que esta vez ni siquiera está claro si de veras se logrará un compromiso entre los partidos que negocian la formación de una coalición gubernamental ‘naranja-azul’ y que resultaron ganadores en las elecciones del 10 de junio.

Se trata de los democristianos flamencos (CD&V/N-VA) y ‘humanistas’ francófonos (CdH) y de los liberales flamencos (VLD) y francófonos (MR).

A pesar de que el formador de gobierno, Yves Leterme, logró el jueves pasado un acuerdo amplio sobre el programa de gobierno, quedan por abordar los temas más espinosos: el presupuesto, la descentralización del Estado y la división del distrito electoral de Bruselas-Halle-Vilvoorde (BHV).

A nivel presupuestario la futura coalición se enfrenta a un agujero de más de 3.000 millones de euros y el conflictivo ‘dossier institucional’ sigue completamente bloqueado debido a que ni flamencos ni francófonos están dispuestos a hacer concesiones.

El pasado 10 de junio, los democristianos del CD&V, en alianza con los nacionalistas del N-VA, se convirtieron en Flandes en los grandes ganadores de las elecciones legislativas con un programa electoral cuyo eje principal era una nueva descentralización del Estado, que desde 1993 tiene ya carácter ‘federal’.

Leterme, líder del CD&V y probable nuevo primer ministro, siempre ha dejado claro que no apoyará un acuerdo de gobierno que no incluya una reforma institucional ‘de gran alcance’.

El distrito electoral de BHV es el único que no respeta la frontera lingüística ni los límites de las provincias, por lo que en los municipios flamencos de Halle y Vilvoorde se pueden presentar tanto candidatos flamencos como francófonos a las elecciones.

Por otro lado, todos los partidos francófonos están en contra de cualquier cambio sustancial de la estructura del Estado, situación que durante todo ese tiempo ha impedido que se llegue a un acuerdo.

Como los flamencos lanzaron la semana pasada un ultimátum para que el miércoles haya un ‘principio de acuerdo’ sobre la nueva reforma del Estado, la quinta desde 1970, y sobre BHV, el país corre el riesgo de entrar en la más profunda crisis de su Historia.

De no haber un ‘principio de acuerdo’, los partidos flamencos no retrasarán más el voto en la Comisión de Asuntos Interiores de la Cámara de Diputados de las ocho proposiciones flamencas que plantean la división del distrito electoral de BHV.

Este asunto enfrenta desde hace más de 40 años a francófonos y flamencos y se ha convertido en el ‘símbolo’ de la pugna entre ambos por Bruselas.

El distrito electoral de BHV es el único que no respeta la frontera lingüística ni los límites de las provincias, por lo que en los municipios flamencos de Halle y Vilvoorde se pueden presentar tanto candidatos flamencos como francófonos a las elecciones.

Los flamencos reclaman, basándose en una sentencia del Tribunal Constitucional belga, que los municipios flamencos de la periferia de Bruselas -donde residen numerosos francófonos- sólo puedan votar por listas flamencas con el fin de frenar el crecimiento de los francófonos.

La votación de las proposiciones de ley flamencas en la Cámara de Diputados hasta ahora siempre ha podido ser postergada, con el fin de no complicarle aún más el trabajo a Leterme, pero de no haber progresos en el ‘dossier institucional’ el miércoles, los flamencos las someterán a voto.

A pesar de que los flamencos lo presentan como una cuestión meramente administrativa, los políticos francófonos considerarían esta votación un ‘gesto simbólico que significaría la muerte clínica de la coalición naranja-azul’, según advirtió hoy el diario francófono ‘La Libre Belgique’.

Hasta ahora nada indica que Leterme vaya a poder sacar antes del miércoles un conejo de la chistera, por lo que ya se empiezan a barajar los posibles escenarios para después del fracaso.

Entre ellos están la convocatoria de nuevas elecciones; la designación de un nuevo formador de gobierno; la restauración temporal de la coalición liderada por el liberal flamenco Guy Verhofstadt; la instalación de un gobierno minoritario o la división de la alianza entre el CD&V y el N-VA.


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