Mientras los gobiernos se preparan para reunirse en Bali, Indonesia, y debatir sobre el futuro del Protocolo de Kyoto, el Informe sobre Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) advierte que el mundo debe centrarse en aquellos impactos del cambio climático en el desarrollo que podrían producir reveses sin precedentes en aspectos como la reducción de la pobreza, la nutrición, la salud y la educación.
El informe, «La lucha contra el cambio climático: Solidaridad frente a un mundo dividido,» ofrece un panorama descarnado de las amenazas que implica el calentamiento global. Según el informe, el mundo avanza hacia un “punto de inflexión” que podría atrapar a los países más pobres y a sus ciudadanos más vulnerables en condiciones de desventaja cada vez peores y dejar a millones de personas enfrentadas a la malnutrición, a la escasez de agua, a amenazas ecológicas y a pérdidas en sus medios de sustento.
“En última instancia, el cambio climático representa una amenaza para toda la humanidad. Pero son los pobres, que no tienen responsabilidad alguna por la deuda ecológica que estamos acumulando, quienes enfrentan los costos humanos más graves e inmediatos”, señaló Kemal Derviþ, Administrador del PNUD.
El informe llega en un momento clave de las negociaciones para forjar un acuerdo multilateral que rija el período posterior a 2012, fecha en que vencen los actuales compromisos en el marco del Protocolo de Kyoto. Entre otras cosas, convoca a adoptar un enfoque de “dos vías” que combine medidas de mitigación exigentes para limitar el calentamiento durante el siglo XXI a menos de 2º centígrados con el fortalecimiento de la cooperación internacional en las actividades de adaptación.
En el ámbito de la mitigación, los autores instan a los países desarrollados a demostrar liderazgo y reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en al menos el 80 por ciento hasta el año 2050 respecto de los niveles de 1990. Además, el informe aboga por una combinación de impuestos a las emisiones de carbono, programas estrictos de emisiones negociables con fijación de límites máximos, la reglamentación del uso de la energía y la cooperación internacional para financiar la transferencia de tecnologías con bajas emisiones de carbono.
Respecto de la adaptación, el informe advierte que las desigualdades en la capacidad para hacer frente al cambio climático se vislumbran como una fuerza cada vez más poderosa que sigue profundizando las inequidades entre los países y al interior de ellos. En este sentido, llama a los países desarrollados a concentrar el accionar de las alianzas internacionales en la adaptación al cambio climático para reducir la pobreza.
“Más que un llamamiento a la desesperación, hacemos un llamamiento a la acción”, comentó el principal autor del informe y director de la Oficina del Informe sobre Desarrollo Humano, Kevin Watkins, al tiempo que agregó: “Si trabajamos unidos y con decisión, podemos ganar la batalla contra el cambio climático. No aprovechar esta oportunidad constituiría un fracaso moral y político nunca antes visto en la historia de la humanidad”. Para él, las conversaciones que se llevarán a cabo en Bali son una oportunidad única para poner los intereses de los pobres del mundo en el centro de las negociaciones sobre el cambio climático.
El informe entrega pruebas concretas de los mecanismos a través de los cuales los efectos ecológicos del cambio climático se transmitirán a los pobres. Centrándose en los 2.600 millones de personas que viven con menos de US$2 al día, los autores advierten que las fuerzas que se desencadenen como resultado del calentamiento global podrían paralizar y luego revertir los avances conseguidos durante generaciones. Algunas de las amenazas al desarrollo humano identificadas por el informe son las siguientes:
- El desplome de los sistemas agrícolas como resultado de la creciente exposición a sequías, altas temperaturas y patrones irregulares de precipitaciones, situación que dejará a otros 600 millones de personas en riesgo de desnutrición. Las zonas semiáridas de África subsahariana, región que tiene la mayor concentración pobreza del mundo, enfrentan posibles pérdidas de productividad de 26 por ciento de aquí al año 2060.
- De aquí a 2080, a unos 1.800 millones de personas más les faltará agua y grandes zonas de Asia meridional y el norte de China enfrentarán una grave crisis ecológica como resultado del repliegue de los glaciares y los cambios en los patrones de precipitaciones.
- El desplazamiento de alrededor de 332 millones de personas desde zonas costeras y bajas producto de las inundaciones y las tormentas tropicales. Más de 70 millones de bangladesí, 22 millones de vietnamitas y seis millones de egipcios podrían verse afectados por inundaciones relacionadas con el calentamiento global.
- Riesgos emergentes para la salud, con otros 400 millones de personas en riesgo de contraer paludismo.
Con las pruebas de unos nuevos trabajos de investigación a la vista, los autores del Informe sobre Desarrollo Humano argumentan que se están subestimando los posibles costos humanos del cambio climático. Sostienen que las crisis climáticas, como las sequías, las inundaciones y las tormentas, se volverán cada vez más frecuentes e intensas debido al cambio climático, ya se cuentan entre los catalizadores más poderosas de la pobreza y la desigualdad y que el calentamiento global no hará más que exacerbar los impactos.
“Para millones de personas, se trata de sucesos que constituyen un pasaje sólo de ida hacia la pobreza y prolongados ciclos de desventaja”, indica el informe. Aparte de poner en riesgo la vida y causar sufrimiento, generan otros problemas como la malnutrición y el retiro de los niños de la escuela. Según el informe, los niños de Etiopía expuestos a sequías en su primera infancia tienen 36 por ciento más de probabilidades de estar malnutridos, cifra que se traduce en 2 millones de casos adicionales de malnutrición infantil.
Si bien el informe se centra en las amenazas inmediatas que enfrentan los pobres del mundo, advierte al mismo tiempo que la falta acción para abordar el problema del cambio climático podría poner a las futuras generaciones en riesgo de sufrir una catástrofe ecológica. Entre las amenazas sistémicas a la humanidad, el informe destaca el posible colapso de la capa de hielo de la Antártida occidental, el repliegue de los glaciares y la presión sobre los ecosistemas marinos.
“Efectivamente hay incertidumbres, pero cuando enfrentamos riesgos de esta magnitud la falta de certeza no justifica la inacción. Apuntar a metas de mitigación ambiciosas es de hecho el seguro que debemos tomar contra los posibles riesgos de gran envergadura. El informe de este año aborda nuestro compromiso con el desarrollo humano hoy y trata además sobre cómo crear un mundo capaz de ofrecer seguridad ecológica a nuestros hijos y a sus nietos”, agregó el Sr. Derviþ.