
El país del Himalaya se convertirá previsiblemente en una «república federal democrática» después de las elecciones de abril y tras el acuerdo alcanzado con la guerrilla maoísta
KATMANDÚ | OTR La dinastía que ejerce la jefatura del Estado desde 1769 en Nepal llegará previsiblemente a su fin en abril, cuando las elecciones conformen la Asamblea Constituyente. El Parlamento interino nepalí aprobó ayer una enmienda para la Carta Magna que conformará al país como una «república federal democrática», eliminando así la monarquía. Esta modificación, recogida en el acuerdo entre los partidos de la coalición gobernante y los antiguos rebeldes maoístas, deberá ser ratificada por la citada Asamblea en 2008.
El presidente del Parlamento, Subhas Chandra Nemwang, anunció ayer la aprobación de la propuesta de enmienda gracias a los votos a favor de 270 de los 321 diputados participantes. Sólo la rechazaron tres grupos, liderados por el partido Rastriya Janashakti y el Partido Comunista Nepal-Indio. Esta modificación de la Constitución Interina permitirá la deposición del rey Gyanendra una vez que sea ratificada en la primera sesión de la Asamblea Constituyente, que se reunirá después de las elecciones que la conformarán, a mediados de abril.
El rey Gyanendra es heredero de una dinastía instaurada en el poder desde 1769, y responsable de la proclamación de la monarquía absoluta en febrero de 2005 para eliminar la corrupción y poner fin a la insurgencia maoísta. Esta decisión recibió críticas de la oposición democrática y de los rebeldes, que terminaron uniéndose en un frente común para abrir un proceso de paz y la vía hacia la proclamación de la república, y así poner fin a crudos enfrentamientos que se han cobrado la vida de al menos 13.000 personas.
La tensión derivó en un levantamiento violento en abril de 2006, cuando el monarca cedió el poder y restauró el Parlamento. Poco después, fue despojado de casi todas sus competencias, así como de su cargo al frente del Ejército y de su inmunidad judicial.