Taiwán ha acusado a China de lanzar una campaña para arrebatar aliados diplomáticos a la isla, con el fin de desencadenar una crisis e influir las elecciones parlamentarias del 12 de enero y las presidenciales del 22 de marzo de este año.
El conflicto diplomático entre China y Taiwán se inició en 1949, cuando el derrotado Gobierno nacionalista chino se refugió en la isla y se proclamó legítimo gobierno de toda China, con el reconocimiento de la ONU.
Sin embargo, desde que el organismo internacional reconoció al régimen comunista como Gobierno legítimo de China en 1971, Taiwán ha ido perdiendo paulatinamente aliados, hasta los 24 actuales, pues Pekín exige a los suyos que no mantengan lazos oficiales con Taipei.
Además, el despegue económico chino desde finales del siglo XX, su creciente protagonismo estratégico y su gran apetito de materias primas para su gigantesca industria han dado a China un nuevo arsenal diplomático.
Taiwán, por su parte, ve cómo su importancia relativa para el mundo disminuye y cómo su política exterior de intercambiar ayuda para el desarrollo por reconocimiento económico tiene dificultades para competir con China.
En una de las últimas escaramuzas diplomáticas entre Taipei y Pekín, el Ministerio de Relaciones Exteriores de la isla reconoció que ‘no puede competir con la promesa China de canalizar 6.000 millones de dólares hacia Malaui’.
Taiwán tiene abundantes recursos tecnológicos, industriales y financieros, y mantiene un importante programa de ayudas y donaciones a sus 24 países aliados, pero sus arcas tienen límites.
‘Hacemos todo lo posible por incrementar la ayuda al desarrollo de nuestros aliados’, dijo la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán, Phoebe Yeh, quién añadió que la isla ‘no quiere competir con China en una subasta por la amistad de aliados diplomáticos’.
La democracia taiwanesa y su deseo de compartir su experiencia de desarrollo político y económico con sus aliados no pudieron impedir la defección, en julio de 2007, de Costa Rica, un aliado de más de cuarenta años, y ahora la alerta cunde por todos los frentes.
En Africa, fuente de la mayor parte del petróleo chino y donde Pekín desarrolla una ambiciosa expansión política y económica, la isla intenta retener su alianza con Malaui.
Despachos procedentes de Malaui aseguran que una delegación de altos funcionarios de ese país viajó a Pekín, la semana pasada, para la firma de un comunicado conjunto y que Pekín había prometido 6.000 millones de dólares en ayuda al aliado político taiwanés.
El ‘desaire’ del Gobierno de Malaui al ministro de Relaciones taiwanés, James Huang, al pedirle que cancelase un viaje ya iniciado hacia el país africano, parece indicar que la ruptura está cerca.
En Latinoamérica y el Caribe la situación también es delicada, aunque la isla logró recuperar Santa Lucía e intenta repetir esta experiencia en Barbados, donde el primer ministro , Owen-Arthur, acusó, el sábado, al opositor Partido Laborista Democrático (PLD) de planear reconocer a la isla si gana los próximos comicios.
Hace poco más de una semana, el ministro de Relaciones Exteriores de Taiwán, James Huang, realizó un viaje a República Dominicana, Panamá y Haití, para consolidar los lazos, en medio de rumores de posibles defecciones.
En el Pacífico Sur, la diplomacia taiwanesa también enfrenta contrariedades ante la caída de la presidencia de la islas Marshall, de uno de sus más firmes aliados, Kesai Note, y la elección, el sábado, del parlamentario Litokwa Tomeing, partidario de forjar lazos con China.
La portavoz diplomática taiwanesa, Phoebe Yeh, señaló que ‘Tomeing ‘ha repetido varias veces después de su elección como miembro del parlamento en diciembre que mantendría los lazos con Taiwán’.
Sin embargo, reconoce que existen serios desafíos y acusa a China de querer influir las próximas elecciones legislativas y presidenciales de Taiwán con una fuerte campaña para arrebatarle aliados.
Taiwán mantiene lazos diplomáticos con sólo 24 países, entre los que se encuentra el Vaticano y naciones de Latinoamérica, Africa y el Pacífico Sur.
Terra Actualidad – EFE
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