
JAIME S. DROMI
La visita del presidente de los Estados Unidos a Israel es tomada en forma sumamente significativa, ya que subraya la amistad que existe entre ambos países y entre los líderes de ambas naciones. No es su primera visita, estuvo en Israel durante su gobernación del estado de Texas en el año 1998 y se informó exactamente de la situación. En aquel entonces dijo: »Nosotros no podemos hacer la paz por ellos». Sin embargo, 7 años después no pensó mucho antes de aceptar el patrocinio de la hoja de ruta, que es el programa que la secretaria de Estado estableció con Rusia, las Naciones Unidas y la Unión Europea para así obligar a Israel a hacer la paz, siempre a costa de su pequeño territorio. No cabe duda alguna, la amistad entre George Bush y Ehud Olmert es sincera, se aprecian porque ambos tienen muchas cosas en común, ambos están en la recta final de sus carreras políticas, ambos quisieran dejar su marca en la historia, a ambos les gusta fumar un buen tabaco y ambos están en lo más bajo de su popularidad…
Por supuesto, George Bush, consiguiendo la paz en Medio Oriente, cambiaría nuestra perspectiva sobre él como quien nos llevó a la guerra, pero hizo la paz. Mientras que Ehud Olmert no debe olvidar los firmes principios que se han convertido en los fundamentos del Estado de Israel: Jerusalén pertenece al pueblo judío, Jerusalén es indivisible, Jerusalén es la capital del Estado Judío, el pueblo judío mantendrá su soberanía sobre Jerusalén. Todo el mundo civilizado debe recordar que durante los veinte siglos de exilio y persecuciones, Jerusalén nunca escapó el pensamiento del pueblo judío y durante el exterminio de los judíos en el Holocausto, ellos morían elevando sus oraciones a Jerusalén.
En Estados Unidos tenemos más votantes musulmanes que judíos y los musulmanes han donado mucho más dinero que los judíos a las campañas primarias de los diversos candidatos a la presidencia. Pero a pesar de eso, todos los candidatos han comprometido su profunda amistad con el Estado de Israel. Hay varias razones para ello, pero ninguna más importante de que Israel ha demostrado durante todo el tiempo de su existencia su lealtad para con el pueblo de los Estados Unidos, su firme alianza con los principios democráticos de la Unión y que, a pesar de tener un territorio tan pequeño, ha ayudado al desarrollo tecnológico militar y civil de esta gran nación y al mantenimiento de sus programas de salud popular, gracias a su producción masiva de medicamentos genéricos y al descubrimiento de sistemas de mantenimiento de la salud a bajo precio. También ha colaborado en la guerra contra el terror y ha dado a los EEUU mucha de su experiencia e inteligencia en Irak y en muchos otros países, donde la ayuda israelí fue vital para alcanzar los objetivos que ya se vislumbran para el futuro.
El Presidente aún no volvió de su larga visita a los países árabes, donde se comprometió a enviarles veinte mil millones de dólares en armas supermodernas, aun cuando el poder de Arabia Saudita está en manos de una sola familia, cosa que no es compatible con la democracia que tratamos de imponer en otros países. También trató allí de hacerles incrementar la producción de petróleo para poder rebajar el precio del mismo, sólo que como respuesta recibió una negativa.
Ahora se presenta una situación compleja, ¿cómo podemos darle armamento tan moderno a un país que se niega a ayudar a los Estados Unidos en un momento de necesidad tan grave como el actual? ¿Será que si les pedimos ayuda diferente, pero en algo esencial, en otro momento, también nos lo negarán? Creo que nosotros deberíamos tratar primero los problemas cercanos a nuestras fronteras, como es el caso con Venezuela, donde el régimen antidemocrático encaramado allí, está preparando un frente unido contra EEUU junto a Cuba, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, las FARC de Colombia y otros países, a cuyos gobiernos Chávez logró corromper con el oro de sus arcas llenas, debido al petróleo que tiene.
Esperemos que el Todopoderoso, en su eterna bondad, bendiga a nuestros gobernantes y a nosotros mismos con mucha luz, para que reconozcamos el verdadero sendero a seguir, para que este año tengamos bienestar y paz en cada rincón de nuestro país. ¡Amén!
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