A la Comunidad Dominicana

8 03 2008

Buen Día,

Este es un mensaje de una Colombiana que da gracias a la mediación que República Dominicana hizo en la crisis diplomática de mi país con Ecuador. El buen diálogo que se logró no sólo disminuyó la tensiones políticas y económicas binacionales (en las fronteras), sino además le permitío de forma contundente al presidente colombiano elevar a nivel regional la voz del casi el 100% de la población colombiana en su preocupación de la posible expansión y profundización de su conflicto interno a los territorios de países hermanos, sentando el presedente de una posible (casi segura) colaboración y apoyo de algún gobierno vecino.

Es para Colombia muy importante que los países de la región entiendan la realidad del país, y no se sienta más sola en una guerra que ha durado más de 40 años. El apoyo que Colombia requiere no es una simple comprensión de dos adversarios en conflicto a los cuales hay que amistar a como de lugar, sin reconocer, y por tal motivo reparar, los graves crímenes y engaños que las FARC le han brindado al pueblo colombiano. La ayuda debe ser un total rechazo a cualquier colaboración de expansión y fortalecimiento de estos grupos armados que bastante daño le han hecho al país y atenta a la nuestra democracia. La confianza que logró la mediación dominicana se debe a su parcialidad en la tensión, y no como otros gobiernos que claramente están alineados con este grupo armado ilegal y pareciera legitimar el daño de sus acciones.

Nosotros reconocimos un grave error en nuestra lucha contra las FARC, sin embargo, éste pudiera haberse evitado si existiera un total compromiso de nuestros paises vecinos.Y es precisamente esa atención es la que Colombia requiere, pues apesar de ser nuestro conflicto, la región comenzó (tardíamente) el camino de la concientización de una amenaza regional. Cuando exista una mayor homogenización de nuestro imaginario a nivel regional las condiciones para una verdadera negociación estarán dadas.

Gracias!!





Declaración UNIFEM

8 03 2008

Día Internacional de la Mujer 2008

Joanne Sandler, Directora Ejecutiva Interina, UNIFEM

Fecha: 5 de marzo de 2008
Ocasión: Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo de 2008.

Este año, en el Día Internacional de la Mujer, tenemos una oportunidad tanto para progresar en la lucha por los derechos de la mujer y la igualdad de género, como para seguir en la urgente necesidad de erradicar la violencia contra las mujeres en todas sus formas.

El 25 de febrero, el Secretario General de Naciones Unidas presentó la campaña UNiDOS para Poner Fin a la Violencia contra las Mujeres. Durante más de tres décadas, las personas que luchan por los derechos de la mujer han estado trabajando para colocar la erradicación de la violencia hacia las mujeres como tema principal en cada agenda, nacional, regional e internacional. Ese esfuerzo, sin duda, se va a ver beneficiado con el lanzamiento de la campaña y la promesa personal del Secretario General de incluir tanto a hombres como a líderes mundiales. Esta es la clase de compromiso, uno de alto nivel, que nos es tan necesario. La campaña agrega valor y visibiliza los esfuerzos que Gobiernos, organizaciones de mujeres y otras organizaciones de la sociedad civil, el Sistema de las Naciones Unidas y otros donantes realizan para combatir las violencias de género y, de igual modo, envía un mensaje claro de que erradicar la violencia contra las mujeres está a la par de otros objetivos de desarrollo que son considerados como críticos.

En la línea de la campaña del Secretario General, UNIFEM amplía sus esfuerzos en el apoyo y la búsqueda de recursos por parte del Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para Erradicar la Violencia contra las Mujeres que UNIFEM gestiona. Este Fondo Fiduciario es un complemento vital para nuestro trabajo en todas las regiones y en todos los contextos para erradicar la violencia sexual y de género en la vida de las mujeres, tanto en situaciones de conflicto como en situaciones de paz. Sus recursos se han ampliado considerablemente durante el año pasado, de 3.5 millones de dólares en 2006 a más de 15 millones de dólares en 2007. Para aprovechar este éxito y el impulso que ofrece la campaña del Secretario General, nos hemos puesto un objetivo ambicioso: obtener la cifra de 100 millones de dólares anuales para el año 2015.

Estamos promoviendo igualmente un medio para que la gente pueda hacerse oír y exigir la erradicación de la violencia contra las mujeres. El pasado 25 de noviembre, iniciamos la campaña Di NO a la Violencia contra las Mujeres, que se desarrolla enteramente a través de Internet y que lidera la Embajadora de Buena Voluntad de UNIFEM Nicole Kidman. Ahora, ante la cantidad de personas que agregan su nombre en esta campaña, vemos que existe un movimiento creciente de personas que exigen la erradicación de la violencia, incluyendo gobiernos, contrapartes de Naciones Unidas y celebridades como Catherine Deneuve y Hillary Swank. El gabinete del Gobierno senegalés en su totalidad, liderado por el Presidente Abdoulaye Wade, se ha sumado a la campaña; la Vicesecretaria General de las Naciones Unidas ha dado su apoyo, y personas de todo el mundo están firmando. Las firmas serán presentadas al Secretario General en noviembre como una expresión de apoyo público a sus esfuerzos.

La campaña UNiDOS para Poner Fin a la Violencia contra las Mujeres llega en un momento en el que los y las líderes mundiales buscan renovar su compromiso de financiar la consecución de los objetivos de desarrollo nacionales, incluyendo los Objetivos de Desarrollo de Milenio (ODM). Como parte vital de esto, la Comisión sobre el Estado de la Mujer, en su 52ª Sesión, ha asumido como tema principal la Financiación para la Igualdad de Género. Como el Secretario General ha declarado, aumentar los recursos invertidos en lograr el Tercer Objetivo de Desarrollo del Milenio, que trata sobre la igualdad de género y el fortalecimiento de las mujeres, es primordial para la consecución del resto de los objetivos. Invertir en mujeres y niñas tiene un efecto multiplicador sobre la productividad, la eficacia y el crecimiento económico sostenible.

Durante los próximos meses, es importante que tanto las acciones tomadas para erradicar las violencias contra las mujeres como la financiación en igualdad de género, vayan de la mano. Financiar los esfuerzos que contribuyan a la erradicación de la violencia de género en todos sus contextos es primordial para financiar la igualdad de género y el desarrollo.

En un principio, la erradicación de la violencia contra las mujeres se trataba de un indicador omitido en los ODM, debido a la carencia de datos comparables. Es alentador que las Naciones Unidas se haya comprometido a apoyar a diferentes países en la generación y monitoreo de los datos referentes al grado de violencia sufrido por las mujeres y las niñas.

Las exitosas experiencias del pasado y los recursos financieros y técnicos necesarios para apoyar a los países a alcanzar los desafíos de implementación puede que nos permitan ver el final de la pandemia de la violencia contra las mujeres y las niñas y, por tanto, alcanzar un progreso en el objetivo de la igualdad de género y en el empoderamiento de las mujeres.





Mensaje del presidente de la Asamblea General

8 03 2008

Las mujeres representan más de la mitad de la población mundial. Por tanto, no puede dejar de recalcarse la importancia de “invertir en las mujeres y las niñas”. Sin embargo, el auténtico empoderamiento de la mujer solamente se logrará cuando reunamos la voluntad política necesaria, a nivel mundial, para cumplir plenamente los compromisos contraídos y ofrezcamos los recursos humanos, financieros y educativos apropiados que se han prometido. Pero, aparte de esos esfuerzos, es fundamental y resulta cada vez más evidente que necesitamos un cambio de actitud hacia el papel y la condición de la mujer en la sociedad.

Hace más de seis decenios, en la Carta de las Naciones Unidas se reafirmó la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres. No obstante, incluso ahora, prácticamente en todas partes del mundo sigue habiendo diferencias por motivo de género, bien en el acceso a la salud y la educación o bien en el logro de igual remuneración por igual trabajo.

Los fondos, programas y organismos especializados de las Naciones Unidas otorgan una importancia esencial al empoderamiento de la mujer, especialmente a nivel de los países. Sin embargo, está cada vez más claro (como se reafirmó en el 52° período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer) que las Naciones Unidas necesitan renovar y reforzar su estructura para las cuestiones de género a fin de poder hacer frente a los problemas urgentes que siguen afrontando las mujeres.

En un sentido más amplio, la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer son aspectos inherentes a la buena gobernanza y la prestación de servicios públicos para todos. Pero la igualdad de derechos y de acceso a los servicios y las oportunidades no podrán alcanzarse sin una presupuestación adecuada para las cuestiones de género.

Todo indica que invertir en la igualdad entre los géneros y en el empoderamiento de la mujer tiene sentido desde el punto de vista económico y financiero. Los países que lo han hecho y han alcanzado los mayores niveles de igualdad entre los géneros han logrado no sólo mayor justicia y estabilidad sociales, sino también crecimiento económico y mayor competitividad en razón de haber ofrecido a las mujeres la oportunidad de trabajar, organizar y aportar su contribución a la sociedad. Además, la eliminación de las diferencias entre los géneros tiene por efecto la transformación del desarrollo y puede acelerar la marcha hacia la consecución de los objetivos de desarrollo del Milenio en materia de pobreza, salud y educación.

El Día Internacional de la Mujer es una oportunidad que se nos ofrece a todos de pedir un cambio social más ambicioso, en el que el adelanto de la mujer sea el elemento esencial, para que el día de la mujer se pueda celebrar todos los días. Si logramos este objetivo, habremos construido un futuro mejor no solamente para las mujeres, sino para el conjunto de la humanidad.

Si deseamos mejorar la suerte de la humanidad tenemos que empezar por reconocer que el progreso de la mujer es el progreso de todos; que la seguridad de todos empieza por la seguridad de cada uno; que todos somos responsables por el bienestar de los demás; que el respeto mutuo debe sustentarse en los derechos humanos y el estado de derecho; que nuestros gobiernos tienen que rendir cuentas en los planos nacional e internacional; y que estos valores y principios se pueden alcanzar mediante una nueva cultura de relaciones internacionales en que las Naciones Unidas desempeñen un papel principal.





Día Internacional de la Mujer: Invertir en las mujeres y en las niñas

8 03 2008

«En la Cumbre Mundial 2005, los gobiernos de todas las naciones acordaron que “el progreso de la mujer es el progreso de todos”. Sin embargo, el examen decenal de la aplicación de la Plataforma de Acción de Beijing puso de manifiesto que en muchos países se abría una gran brecha entre la normativa y la práctica. La falta de voluntad política se hace patente de la forma más reveladora: falta de recursos y asignaciones presupuestarias insuficientes. Esa es la razón de que el tema de este Día Internacional de la Mujer sea “Invertir en las mujeres y las niñas”.

– Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas.

La función de las Naciones Unidas

Pocas causas promovidas por las Naciones Unidas han concitado un apoyo más intenso y extendido que la campaña para fomentar y proteger la igualdad de derechos de la mujer. La Carta de las Naciones Unidas, firmada en San Francisco en 1945, fue el primer acuerdo internacional que proclamó que la igualdad de los sexos era un derecho humano fundamental. Desde entonces, la Organización ha contribuido a crear un legado histórico de estrategias, normas, programas y objetivos concertados internacionalmente para mejorar la condición de la mujer en todo el mundo.

En todos estos años las Naciones Unidas han actuado en cuatro direcciones concretas para mejorar la condición de la mujer: fomento de las medidas legales; movilización de la opinión pública y medidas internacionales; capacitación e investigación, incluida la reunión de datos estadísticos desglosados por sexo; y ayuda directa a los grupos desfavorecidos. Actualmente, uno de los principios rectores esenciales de la labor de las Naciones Unidas es que no puede hallarse una solución duradera a los problemas sociales, económicos y políticos más acuciantes de la sociedad sin la cabal participación y plena habilitación de las mujeres del mundo.





Mensaje de Thoraya Ahmed Obaid, Directora Ejecutiva del UNFPA, en el Día Internacional de la Mujer

8 03 2008

8 de marzo de 2008

Efectuar inversiones en la mujer y la niña, es un hecho positivo, que produce beneficios.  Este año, en el Día Internacional de la Mujer, el UNFPA reafirma que las inversiones en la mujer y la niña figuran entre las mejores que pueden efectuar los gobiernos.

Efectuar inversiones en la mujer equivale a efectuarlas en las familias, las comunidades y los países.  Cuando las mujeres poseen recursos, suelen gastarlos en la educación y la salud de sus hijos, quienes después tienen mejores perspectivas de empleo y de vida.  En todas las regiones, al aumentar la participación y los ingresos de la mujer se reduce la pobreza y se acelera el crecimiento económico.

Si aspiramos a alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, es preciso realizar mayores inversiones en las mujeres y las niñas.  Ya sea que se considere la cuestión desde un punto de vista político, económico o de derechos humanos, la conclusión es la misma: lo acertado es efectuar inversiones en la mujer.  Las utilidades son de gran magnitud, para las propias mujeres y para el mundo en general.

Muchos países y numerosas comunidades ya están haciendo lo necesario. Han asumido compromisos políticos a fin de instituir políticas y asignar los recursos necesarios para lograr un mundo en que las mujeres disfruten de buena salud y seguridad y controlen sus propias vidas

Pero todavía no se efectúan inversiones de la magnitud necesaria.  En algunos ámbitos, los fondos están disminuyendo, pese al aumento de las necesidades.  Esto ocurre con la salud materna y la planificación de la familia.  No es posible acrecentar el bienestar de la mujer si no se mejora su salud, en particular su salud reproductiva.

Actualmente, cada minuto una mujer pierde la vida debido a complicaciones del embarazo o del parto.  Más de 200 millones de mujeres tienen necesidades insatisfechas en materia de métodos de planificación de la familia.  Cada año, el SIDA se cobra las vidas de más de dos millones de personas y el VIH sigue propagándose, amenazando vidas humanas, así como el desarrollo y la estabilidad de países enteros.

Al garantizar el acceso universal a los servicios de salud reproductiva será posible mitigar la pobreza, reducir la propagación del VIH/SIDA y satisfacer la necesidad de planificación de la familia.  Y también podremos reducir la mortalidad de madres, recién nacidos y niños.

Hoy hacemos un llamamiento a los gobiernos para que acrecienten sus inversiones en la mujer y la niña.  Exhortamos a todos los aliados a efectuar inversiones en los sistemas nacionales de salud, la capacitación del personal que atiende el parto y la planificación de la familia.

Debemos tener presente que salud es riqueza.  Al efectuar inversiones en la salud reproductiva y el bienestar de la mujer, aumentarán nuestras posibilidades de alcanzar los ODM y plasmar en la realidad la igualdad entre los géneros.





Mensaje del Secretario General con motivo del Día Internacional de la Mujer

8 03 2008

8 de marzo de 2008

En la Cumbre Mundial 2005, los gobiernos de todas las naciones acordaron que “el progreso de la mujer es el progreso de todos”. Sin embargo, el examen decenal de la aplicación de la Plataforma de Acción de Beijing puso de manifiesto que en muchos países se abría una gran brecha entre la normativa y la práctica. La falta de voluntad política se hace patente de la forma más reveladora: falta de recursos y asignaciones presupuestarias insuficientes. Esa es la razón de que el tema de este Día Internacional de la Mujer sea “Invertir en las mujeres y las niñas”.

Esa falta de financiación no sólo socava nuestros esfuerzos por lograr la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer, sino que también dificulta nuestra labor para alcanzar todos los objetivos de desarrollo del Milenio. Como sabemos por una larga e indiscutible experiencia, la inversión en las mujeres y las niñas tiene un efecto multiplicador sobre la productividad y el crecimiento económico continuado. No hay otra medida más importante para promover la educación y la salud, incluida la prevención del VIH/SIDA, ni otra política más propicia para mejorar la nutrición o reducir la mortalidad maternoinfantil.

Hemos logrado ya algunos progresos. Se han movilizado recursos financieros para incrementar el empleo de la mujer, intensificar el papel de la microfinanciación, promover los créditos a empresas de mujeres y promover reformas de las finanzas públicas. Más de 50 países han puesto en marcha iniciativas para incorporar una perspectiva de género en la presupuestación. El sector privado está ampliando sus actividades para financiar el empoderamiento económico de la mujer y están surgiendo fondos y fundaciones de mujeres como fuentes innovadoras de financiación.

Ahora bien, eso no basta. Todos los que integramos la comunidad internacional —los gobiernos, las organizaciones multilaterales, las instituciones bilaterales y el sector privado— hemos de calcular el costo económico que supone la persistente desigualdad entre los géneros, y los recursos que se necesitan para superarla. Hemos de crear mecanismos para hacer un seguimiento de las inversiones que se hacen para lograr la igualdad. Hemos de controlar periódicamente las asignaciones de recursos e informar al respecto. Hemos de adaptar los presupuestos internos y la ayuda internacional a las necesidades reales, y asegurarnos de que se mantenga.

Del mismo modo, en las Naciones Unidas hemos de ajustar mejor las demandas a los recursos. Los recursos disponibles para la incorporación de una perspectiva de género deben ser más sostenibles y previsibles, especialmente en los planos regional y nacional y, para obtener resultados reales, nuestro mecanismo dedicado a las cuestiones de género necesita recibir una financiación proporcional a los desafíos a los que se enfrenta. Creo firmemente que una entidad encargada de las cuestiones de género dinámica y reforzada, que aúne los recursos que actualmente se distribuyen entre varias estructuras, atraería más financiación de la comunidad de donantes. Mediante la movilización de las fuerzas del cambio a nivel mundial y el estímulo para lograr mejores resultados en el plano nacional, dicha entidad promovería mejor nuestra causa de empoderar a la mujer y lograr la igualdad entre los géneros en todo el mundo. Insto a los Estados Miembros a que reúnan la voluntad política necesaria para que las consultas sobre esta cuestión concluyan con éxito.

Este año llegamos al punto medio del plazo para lograr los objetivos de desarrollo del Milenio en la fecha fijada de 2015. Sólo si invertimos en las mujeres y las niñas del mundo podremos llegar a nuestro objetivo. En este Día Internacional de la Mujer unámonos en esa misión.