Balance mitigado e inquietud en 60º aniversario de Derechos Humanos

11 12 2008

PARIS (AFP) — Militantes y diplomáticos se reúnen este miércoles en París para celebrar los 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyos valores se ven en peligro ante nuevos desafíos como el terrorismo, y a menudo solapados por el realismo político.

La Carta, redactada tras el trauma de la II Guerra Mundial, sirvió de base para las convenciones internacionales sobre derechos elaboradas posteriormente.

Stephane Hessel, superviviente del Holocausto nazi, de 90 años de edad, leerá el preámbulo de la Declaración ante responsables europeos y de la ONU, artistas y grupos de defensa de los derechos humanos a las 20H00 (19H00 GMT), en una ceremonia solemne en el Palacio Chaillot (frente a la Torre Eiffel), donde fue adoptada el 10 de diciembre de 1948.

En Nueva York, la ONU tiene previsto celebrar el aniversario con una intervención de Navi Pillay, alta comisionada de Derechos Humanos.

«Aún hoy día, es un texto que merece la pena leerse. Es perfectamente relevante, cuanto más que no ha sido cumplido y que nos pide luchar por él», dijo a la AFP Hessel, quien participó en la redacción del histórico documento.

Basada en la Declaración de Derechos del Hombre de la Revolución Francesa (1789) y la Declaración de Independencia de Estados Unidos (1776), el texto no vinculante, de 30 puntos, fue adoptado por 58 Estados miembros de la Asamblea General de la ONU, creada tres años antes.

El primer artículo proclama: «Todos los seres humanos nacen libes e iguales en dignidad y derechos», y entre estos enumera los derechos civiles, económicos sociales y culturales, «inalienables» e «indivisibles».

Hessel dijo que la elección de Barack Obama como presidente de Estados Unidos, el primer negro en conseguirlo, ilustra los avances logrados.

«Los pesimistas dicen que todo va peor, que el mundo es espantoso. Los otros, como yo, dicen: no, no sabéis mirar la historia. Nunca ha habido tantos avances en 60 años», sostuvo Hessel.

«Creamos una Europa unida, acabanos con el apartheid (en Sudáfrica), terminamos con la Unión Soviética y sus gulag y creamos el Tribunal Penal Internacional para juzgar a jefes de Estado», añadió.

Pero los defensores de los derechos humanos denuncian que hubo retrocesos después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

«El fenómeno más importante, pese a no ser el único, está ligado a lo que se llama el post 11 de septiembre», afirmó Patrick Baudouin, presidente de honor de la Federación Internacional de los Derechos Humanos (FIDH).

«Hemos visto una serie de reacciones en Estados Unidos, y en otros países occidentales, totalmente negativas en cuanto a libertades», sostuvo en el diario francés Le Monde.

Amnistía Internacional ha lanzado un llamamiento a Obama.

«Espero que Estados Unidos adopte una posición firme sobre los derechos humanos en el futuro», dijo a la AFP Irene Khan, secretaria general de la organización.

Para ella, «lo que los ataques del 11 de septiembre demostraron fue la hipocresía de las democracias occidentales, que hasta entonces habían sido los adalides de esos derechos humanos en el extranjero».

Los militantes de los derechos humanos ponen también el dedo acusador en los territorios palestinos ocupados por Israel, la guerra civil en Darfur -donde según la ONU fueron asesinadas 300.000 personas desde 2003- y el desastre humanitario en el este de la República Democrática del Congo.

También se plantea la cuestión del universalismo de los derechos humanos, con países como China que los consideran una invención occidental.

Creador de Médicos Sin Fronteras y actual canciller francés, Bernard Kouchner dio el tono este miércoles al decir que «hay una contradicción permanente entre los derechos humanos y la política exterior de un Estado, incluso en Francia».